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domingo 31 de diciembre de 2017

Se corrió al ritmo de Canapino

El 2017 fue la confirmación de uno de los mejores pilotos de Argentina. El arrecifeño fue protagonista de las tres categorías que disputó, y en dos fue campeón. Comparte lo más alto con dos grandes animadores. Presente, pasado y futuro sobra.

Su apellido se ha convertido en una marca registrada dentro de los distintos boxes de los autódromos locales. Se empareja con el éxito asegurado. No sólo por sus logros deportivos, sino porque muchos fueron de la mano del linaje que su padre, Alberto, construyó en el rol de preparador. Fue indiscutible su predominio, y firmó cinco victorias en el Top Race y una en el Turismo Carretera. Ambos torneos se fueron para su casa en Arrecifes.

Hacer un resumen de la temporada sin tenerlo como protagonista principal resulta imposible. Su estilo aguerrido le regaló a los fanáticos de la velocidad momentos que fueron de los más destacados del año. Su última función fue en el TC, y fue allí donde mostró todo su talento para arrebatarle la Copa de Oro al Torino de Facundo Ardusso. La final en el Mouras de La Plata fue una exhibición de cómo se gana un título. El Titán sacó provecho del mal auto de su rival a vencer y no dudó en escalar en el clasificador. Sacó los puntos necesarios y terminó por coronarse con la mínima distancia de un cuarto de punto. La alegría fue toda suya, y su enorme sonrisa que se dibujó al recibir el ansiado trofeo de manos de Hugo Mazzacane fue testigo de eso.

El TC también tuvo un capítulo aparte de su definición infartante. Los 1000 kilómetros de Buenos Aires en honor a los 80 años de su nacimiento escribieron un nuevo hito en la historia del automovilismo nacional. Esta vez, los flashes se quedaron con el Pato Juan Manuel Silva. El representante de Ford la rompió en la prueba de resistencia y se adueñó de una exigencia que generará culto en el mundo de las cuatro ruedas.

El Súper TC2000 tuvo otro dueño que se metió en los libros: Facundo Ardusso rompió la racha de 24 años de Renault sin poder coronar con un campeonato de pilotos, y se probó por primera vez la corona en una categoría grande. Justamente, Canapino fue segundo en la tabla general. El último había sido el célebre Juan María Traverso. Serán eternos estos laureles para el equipo del Rombo, que trabajó para lograr el objetivo a lo grande, que en el TC2000 se dio el lujo de festejar de la mano del Fluence de Manuel Luque.

Lejos de las celebraciones, un accidente fuera de las pistas unió a todos para pedir la recuperación de Mauro Gialombardo. El piloto de Bernal sufrió un choque en su vehículo particular durante un viaje en la Patagonia. Rodeado de nieve y con la urgencia de pelear por su vida, el ex campeón de TC fue asistido y estabilizado en un hospital local. Luego, tras una mejoría, fue trasladado a un reconocido centro médico de Pilar, donde sigue con su recuperación. Actualmente se halla en franca mejoría, al igual que los acompañantes del auto. ¡Fuerza Mauro! no sólo fue tendencia en las redes, también es el deseo de todos para que la Rana vuelva a competir lo más pronto posible.

Por último, la gran estrella del Turismo Nacional fue Mariano Werner. Su Fiat Línea lo llevó a ganar la Clase Tres de la categoría más espectacular. Los roces, toques y las maniobras al límite sobran, y el entrerriano supo adaptarse. Luego de sufrir una dura sanción en el Turismo Carretera, que lo privó de ser parte durante la primera mitad del año, se centró en construir una regularidad que terminó en la cosecha de campeón.

Sin dudas, el 2017 se va a toda velocidad y deja un sinfín de momentos que ilusionan con tener un 2018 superador. Será clave ver cómo se puede adaptar la nueva categoría de camionetas impulsada por la ACTC, y a su vez el rumbo que tomará de la televisión frente al reciente anuncio de la Superliga de Fútbol de poner partidos de peso propio durante los mediodías dominicales, franja que hasta ahora le pertenecía al deporte motor.