En la final de la Copa Sudamericana, Independiente se hizo fuerte de local y sacó una pequeña final de cara a la revancha de la próxima semana. 2-1 frente a un Flamengo que siempre jugó de igual a igual.
El Flamengo comenzó ganando con un gol tempranero de Rever pero Independientemente reaccionó y supo dar vuelta el partido gracias a los goles de Emiliano Gigliotti y de Maximiliano Meza. ¿La vuelta? La semana que viene, en el Maracaná.
El equipo brasilero comenzó mejor. De visitante, tomó la postura de local y atacó a un rival que estuvo desdibujado en el campo de juego. Ganó todas las divididas, y desde las bandas supo abrir el marcador rápidamente. Desde un centro, de pelota parada, Rever ganó en el área y de cabeza puso el 1-0.
Tras el gol, el equipo de Ariel Holan se despertó. Comenzó a atacar, a lograr un buen movimiento de sus jugadores ofensivos y a encontrar espacios ante un equipo que en ningún momento hizo papel de equipo visitante. Con otras intenciones, el equipo argentino logró el empate con rapidez. Tras una gran jugada colectiva y ante una defensa desordenada, Gigliotti volvió a convertir en un momento clave.
A partir del 1-1 los dos equipos jugaron el partido como una verdadera final, y a ninguno de los dos le quedó chico el papel. El mediocampo se volvió una zona de tránsito ligero, mientras que ambas áreas estaban en constante peligro de gol.
Tras el entretiempo, en el complemento, el Rojo pudo lograr un dominio constante ante su rival y con un gran juego asociado puedo sacar una pequeña diferencia en el resultado. Está vez el que puso el moño a una gran jugada fue Meza, el ex Gimnasia de La Plata.
Con el 2-1 a favor de los locales el partido volvió a convertirse de ida y vuelta. Los brasileros buscaron el empate que le dé tranquilidad para definir la final la semana que viene, mientras que Independiente pudo lograr una mejor diferencia pero Ezequiel Barco no estuvo preciso en la puntería.