Ansiedad, una palabra que reinó en las cabezas y las piernas de los jugadores del Fortín. Con un plantel repleto de juveniles, falta de gol y una fuerte presión por la ausencia de buenos resultados, los dirigidos por Marcelo Gómez no le encuentran la vuelta. Hace tres partidos que no ganan y los fantasmas empiezan a apremiar a la institución. Hoy, con un encuentro más, está a siete unidades de Olimpo, el último que estaría perdiendo la categoría.
Cuando las ganas superan al fútbol y no se encuentra el equilibrio, aparecen las dudas. Los nervios nublan y todo se vuelve cuesta arriba. Esto le tocó pasar a Vélez. Una vez más no pudo concretar todas las buenas intenciones que genera desde su mediocampo, y falló a la hora de la definición. El desorden gobernó la tarde noche en el José Amalfitani y el Tomba se aprovechó. Los mendocinos hicieron poco, pero les alcanzó para adueñarse de los tres puntos.
En el primer tiempo erraron todos. Maxi Romero, que había brillado durante el comienzo de la Superliga, pareció otro. No pudo hacerse amigo de la pelota, y el arco le quedó muy lejos. Algunas pinceladas de Vargas le dieron la ilusión a los hinchas, pero no alcanzó para vulnerar una sólida actuación de Leonardo Burián.
Para el complemento, los locales empezaron a sentir la urgencia, siguieron con el dominio posicional, aunque con falta de eficacia. Federico Andrada desperdició una jugada insólita que podría haber sido el 1-0. El ex River no tuvo una buena actuación y el conjunto lo sintió. Ya van más de 400 sin conquistas para los de Liniers.
Por su parte, Godoy Cruz esperó el momento justo para golpear. A los 24 del segundo tiempo, Victorino Ramis apareció sin marca en el área y metió un cabezazo imbatible. En una buena corrida de Garro, el delantero aprovechó la contra y no perdonó. Agazapados y alertas al error, la visita no dejó escapar la oportunidad. A partir de ahí, los enredos se acentuaron y el resultado no se modificó.
"Difícil de explicar. El lunes es una final", definió Fabián Cubero, capitán del Fortín, al momento que les toca atravesar. A sólo siete puntos del elenco bahiense en la tabla de los promedios, la fecha 10 será clave, ya que el rival será nada más ni nada menos que Olimpo. Es su lucha.
En cambio, por las tierras cuyanas, todo es alegría. Cerca de cerrar un buen año, que tuvo una discreta participación en la Copa Libertadores, su marca en el campeonato local reafirma el trabajo de Mauricio Larriera. Sextos en la Superliga, y con el duelo frente a Lanús en el horizonte, el Tomba ganó por primera vez de visitante y quiere terminar de buena forma el 2017.