Por la novena fecha del campeonato, y después de lo que fue la victoria en el clásico frente a River, el Xeneize no pudo con los de Avellaneda y tropezó como local. A la espera por los estudios que revelen la gravedad de la lesión de su delantero, el líder del campeonato espera buenas noticias de cara a los encuentros que quedan en el año.
El primer tiempo tuvo de todo: dos goles, roces, polémicas y momentos de buen fútbol. Desde el arranque, el equipo de la Ribera intentó dar rienda suelta a su estilo de juego. Siempre con la pelota, y con Pablo Pérez como eje en el mediocampo a la hora de la creación, el local dominó las acciones. Por su lado, la Academia se plantó de contra y explotó la velocidad y frescura de sus delanteros para complicar la zaga xeneize. Lautaro Martínez se acopló al tándem Solari-Ibargüen y desnudó algunas fragilidades del fondo rival.
Pero la profundidad no llegaba y el encuentro se emparejó. Como si fuera poco, una mano de Benedetto no cobrada por Herrera puso un tinte controversial al duelo. Poco a poco, el partido entró en la dinámica de la fricción, y las ocasiones de peligro se hicieron rogar. Este trámite favoreció a los de Avellaneda que empezaron a encontrar los caminos para acercarse al arco de Agustín Rossi.
En el peor momento de Boca, y el mejor de los dirigidos por Diego Cocca, llegaron las primeras emociones. A los 36, Martínez regaló una joya a los fanáticos de la Academia. Palo y gol. Un remate imposible de atajar para el arquero xeneize silenció al tempo azul y amarillo. Durante la semana, el entrenador había exigido a Lisandro López jerarquía para dar vuelta el mal momento, pero fue el juvenil el que dio la cara frente a la ausencia del experimentado atacante, que quedó marginado por un estado gripal.
Dos minutos más tarde, Barbieri derribó en el área a Nahitan Nández y el juez no dudó en sancionar la pena máxima. Benedetto, goleador del campeonato con 9 lo cambió por gol y capitalizó la reacción del elenco local. La igualdad no hizo más que enredar el trámite y los roces volvieron a elevar la temperatura adentro del campo. En el final del primer periodo, los tumultos y las discusiones aparecieron para poner más picante.
El complemento mostró a Racing con la decisión de ir por la victoria. Augusto Solari a los antes de los diez sacó ventaja de un grosero error de Goltz y venció la valla de Rossi. El juvenil ex River convirtió su primera conquista con la camiseta albiceleste.
La urgencia de ir por el empate catapultó a Boca a enseñar todas sus armas. Pero sufrió un duro revés. Su delantero estrella salió entre lágrimas tras sufrir una lesión en una de sus rodillas. A partir de ahí, los comandados por Guillermo Barros Schelotto se convirtieron en un manojo de nervios y no pudieron encontrar los caminos para llegar con claridad.
Así, fue la primera caída en la Superliga. Pese a no poder igualar el récord de nueve victorias que estableció River en 1991, aún se mantiene en lo más alto de la tabla. Con 24 unidades y seis por encima de San Lorenzo, lidera el campeonato y buscará volver a la senda ganadora en la décima fecha frente a Central. Por su parte, Racing se llevó los bolsillos llenos de puntos y de confianza para recibir en la próxima jornada a Independiente en el clásico de Avellaneda.