Todos sus años recorriendo las pistas argentinas son más que suficientes para darle crédito. A la hora de planificar una carrera, es uno de los más calificados. Esta vez, hizo la lectura correcta y evitó la parada para recargar combustible y aventajó a todos sus rivales. Por otro lado, el campeonato, que espera definirse en la próxima, ya tiene a sus dos aspirantes más serios.

Como nos tiene acostumbrados, el Top Race, su propuesta de recarga de combustible y las competencias de larga duración se han convertido en un condimento que atrae a los fanáticos. Pero a la hora de trazar una estrategia, Silva es un experto. Ya lo había intentado en los 1000 kilómetros del Tursimo Carretera, en la que apeló a un andar cauteloso para evitar más de un reaprovisionamiento, y le dio resultado.

En La Plata, Silva largó desde el fondo y de a poco empezó a avanzar en el clasificador. Lejos de la puja entre Agustín Canapino y Altuna, máximos contendientes a la corona de la categoría, el chaqueño hizo una exigencia inteligente y escaló al liderazgo de la carrera. En el podio, Rossi, con Toyota y Altuna, que sacó una buena ventaja en la tabla general, delinearon una buena final y fueron sus escoltas.

Con este resultado, el campeonato se mantiene en manos de Altuna. El Monito de Lobería le sacó seis unidades al piloto de Arrecifes, a falta de una competencia para el cierre de la temporada. La próxima cita será en el autódromo porteño en lo que será el premio, y tendrá el duelo final entre los dos únicos que se mantienen con posibilidades matemáticas de aspirar a ser dueños de la categoría espectáculo de Argentina.