Con herramientas limitadas y sin rebeldía, ambos equipos no pudieron salir de la igualdad y dejaron el duelo abierto para el encuentro de vuelta. Pese a que el conjunto oceánico tuvo las posibilidades más claras, la falta de eficacia pesó más y no pudo romper con el planteo de los centroamericanos.

La primera parte mostró el dominio de los visitantes. Con ataques por los extremos y sacando provecho de la altura de sus delanteros, el elenco dirigido por el griego Ange Postecoglou trato de conseguir el gol en territorio caribeño, pero los errores a la hora de la definición le sonrieron a los hondureños que se dedicaron a defenderse y evitar la caída de su arco. Tomi Juric se perdió, en varias ocasiones, la chance de abrir el marcador. A la media hora de partido, el jugador del Lucerna desperdició un mano a mano y desvió su remate apenas al lado del palo.

El segundo tiempo estuvo de más, sin ideas claras, pero con el objetivo de no perder, el encuentro entró en el conformismo y el peligro brilló por su ausencia. Apenas algunas estocadas de Jackson Irvine, que puso en aprietos a los anfitriones, pero sin complicar del todo la tarea del arquero Donis Escober.

La vuelta será el próximo miércoles en suelo australiano con el arbitraje del argentino Pitana. Por su lado, Honduras buscará meterse en su cuarta Copa del Mundo, mientras que los Canguros intentarán romper con la maldición de los repechajes: de las ocho veces que disputó esta instancia, sólo pudo avanzar en dos oportunidades.