A lo largo de toda la historia de la UEFA Champions League desde que mantiene su formato actual (1992 en adelante), sólo 10 partidos se jugaron en otro día que no sea martes o miércoles (exceptuando finales). Hoy se jugó un partido de este certamen, por primera vez en la historia, por cuestiones religiosas, y finalmente el Celtic pudo debutar y ganó el encuentro.
En Irlanda del Norte, el conjunto escocés superó por 2-0 al Linfield con goles de Scott Sinclair y Tom Rogic. El duelo estaba programado para el miércoles, pero el 12 de julio en el país del local se conmemora el "Twelfth", aludiendo a la victoria en 1690 del rey protestante Guillermo de Orange sobre el católico Jacobo II, último rey católico de la historia del Reino Unido. El Linfield es el representante del sentimiento más patriótico del Reino Unido en Irlanda del Norte, y debido a eso en cada festividad se solían dar enfrentamientos ideológicos con saldo de numerosos muertos.
Ante estos antecedentes, fue el visitante el que pidió la postergación. El Celtic está identificado por su apoyo hacia Irlanda y el catolicismo, por lo que la fecha del partido generaba inconvenientes ya desde la previa. A su vez, el club notificó que no iba a enviar hinchas para evitar incidentes, ya que la rivalidad es algo preexistente y querían que el "choque ideológico" no sea más que 11 jugadores contra 11 sin ningún tipo de problema externo ni en el campo de juego.
En el primer tiempo el equipo escocés tomó la ventaja definitiva, y las dos veces los goles se iniciaron con un córner desde la izquierda. A los 17 Sinclair de cabeza adelantó al Celtic, y 6 minutos después una jugada preparada simple y efectiva le sirvió el gol a Rogic, que remató al primer palo y puso el 2-0.
Un episodio lamentable se vio a los 63 minutos de juego. Leigh Griffiths se disponía a patear un córner, cuando empezaron a tirarle cualquier tipo de objetos desde la tribuna. Hasta botellas de vidrio fueron lanzadas, lo que podría haber tenido un resultado trágico. El árbitro, Alejandro José Hernández Hernández, amonestó al jugador por creer que estaba demorando el encuentro, y todo siguio normal pese a que Griffiths le quiso dar en la mano una de las botellas que cayeron en la cancha.
Con la ida terminada, ahora el Linfield deberá jugar en Escocia para remontar el global en el Celtic Park. El club ya anunció que llevará 1500 personas, y se espera que no resulte en ningún tipo de conflictos. El 19 de julio, se espera sólamente un buen partido de fútbol.