El resultado que necesitaba para ser campeón se le dio, y Boca Juniors se consagró una vez más. Desde el inicio del profesionalismo, es el torneo local número 26 para el Xeneize, En un torneo que presentó altibajos en todos los equipos, una vez que Boca se prendió arriba, nunca se bajó de la pelea y hoy ya quedó con el primer lugar asegurado.
Guillermo Barros Schelotto consiguió así su primer título como entrenador del club de La Ribera. Tuvo anteriormente una larga etapa de éxitos como jugador, ganando los torneos Apertura de 1998, 2000, 2003 y 2005, los Clausura de 1999 y 2006, las Copas Libertadores 2000, 2001 y 2003 (en la de 2007 jugó un sólo partido antes de ir a jugar a la MLS de Estados Unidos), las Sudamericanas de 2004 y 2005, las Recopas Sudamericanas de 2005 y 2006, y las Copas Intercontinentales de 2000 y 2003.
Junto con su hermano Gustavo, los Barros Schelotto se habían consagrado en la Copa Sudamericana de 2013 dirigiendo a Lanús, y ahora tenían como objetivo el torneo local para terminar la temporada 2016/2017 con un título en su haber. En este certamen, utilizaron a su favor el largo plantel del Xeneize para cambiar jugadores dependiendo sus buenos y malos momentos, y a falta de 2 encuentros sólo cayeron en 3 ocasiones.
El otro ídolo de Boca que no completó el torneo pero sí lo ayudó en la primera parte fue Carlos Tevez, que a principio de año pasó a jugar en el Shanghai Shenhua de China y todavía siguen los rumores de que puede llegar a volver. El delantero fue determinante en los choques claves que tuvo su equipo a fines del año pasado, destacándose especialmente en la goleada a River en la fecha 13.
A pesar de que usó una gran cantidad de jugadores, algunos fueron realmente importantes para la dupla técnica. Darío Benedetto fue sostenido como titular pese a tener atrás a Walter Bou, que ayudó con goles siempre que pudo. El ex América de México es el goleador del torneo hasta ahora, con 18 goles (Sebastián Driussi, de River, tiene 17). Cristian Pavón también tuvo la confianza de los Barros Schelotto cuando pasó por un mal momento individual, y llegó a los 9 tantos y siempre fue una de las mayores amenazas en ataque.
El mediocampo de Fernando Gago, Pablo Pérez y Rodrigo Bentancur parecía intocable, pero hacia el final la aparición de Wilmar Barrios fue aprovechada sobre todo cuando Bentancur fue al Mundial Sub-20 y no estaba disponible. La defensa, criticada como el punto débil, rotó mucho por nombres pero aún así consiguió 12 partidos con la valla invicta, recibiendo sólo 22 goles en estos 28 partidos. Ricardo Centurión fue una carta que se usó generalmente como extremo pero también tuvo sus momentos como volante central, y fue desequilibrante siempre que recibió la pelota.
Su alto porcentaje de victorias como local fue una de las claves, ya que ganó 10 de los 14 duelos que tuvo en La Bombonera (empató 2 y perdió los 2 restantes), y de visitante sólo cayó una vez (7 ganados, 6 empatados). Además, tras la caída en la fecha inicial ante Lanús, Boca nunca volvió a perder en su cancha, y lleva ya 13 fechas invicto en esa condición.
Los primeros choques como visitante ponían en duda las aspiraciones del club, ya que tras perder con el Granate, empató con Godoy Cruz, Tigre y Atlético Tucumán. Pero mientras, como local ganaba con claridad. Los triunfos consecutivos ante San Lorenzo, Racing, River y Colón para finalizar la primera etapa del torneo fueron vitales para que se acomode como un claro candidato. Además, al clásico rival le metió 4 goles en el Monumental, algo que no pasaba dese el 18 de junio de 1995.
La reanudación le trajo irregularidad, con la salida de Tévez que venía en un gran momento. Perdió puntos con Talleres, Patronato y Atlético Rafaela, pero pudo recuperarse. En la fecha 23 empezó la definición de cómo sería el rumbo del club. Empató como visitante, perdió como local ante River (que venía en gran momento pero se cayó los últimos partidos) y se recuperó ganándole a Newell's. Bajó a Independiente y con el 4-0 ante Aldosivi, dejó servida la coronación.
La alta diferencia de gol fue mucho más alta que la de sus perseguidores. Terminó con 36 a favor, y atrás Banfield quedó ahora con 9 y River con 22. Ahora jugará en Bahía Blanca ante Olimpo y finalmente festejará en la Bombonera este fin de semana cuando reciba a Unión de Santa Fe.
Desde hoy y hasta el fin de semana, son puros festejos para Boca. Una vez que baje la emoción, se vendrá el momento de preparar al plantel y reforzarlo para jugar el nuevo campeonato, la Copa Argentina y el año que viene la Copa Libertadores. Pero por ahora, son todos festejos para el Xeneize.